Cursos de Finanzas

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Cómo valorar empresas y nuevos negocios

La valoración de las expectativas

La valoración de empresas es un ejercicio difícil que requiere estimar sus resultados futuros e identificar los parámetros para su cálculo, presentando el valor una gran sensibilidad a ambos. Tan importante como las técnicas a aplicar es el conocimiento de la empresa y de su sector y entorno, como requisitos básicos para estimar razonablemente sus resultados futuros. Por ello, la valoración es, a la vez, un ejercicio de formulación estratégica y de cálculo financiero. Este seminario ofrece una metodología eficaz y contrastada para estimar el valor de una empresa y junto a las herramientas de cálculo, se revisan los criterios para prever sus resultados futuros y los parámetros de valoración más adecuados. El asistente será capaz, a su término, de valorar una empresa aplicando un modelo informático de previsión de resultados y de cálculo financiero.

Gestión de Tesorería

La gestión de la tesorería y de la financiación son claves en la gestión financiera de la empresa, ya que la liquidez es un requisito básico de supervivencia. También, el departamento de tesorería, es un centro de beneficios cuyo servicio de calidad es imprescindible para el correcto funcionamiento de las operaciones, lo que requiere la coordinación con el resto de las áreas funcionales, que son las que generen los ingresos y pagos y las necesidades de fondos. Tan sólo de esta forma, se conseguirá la circulación eficiente y fiable de los flujos monetarios, la anticipación de las necesidades de financiación y la identificación precisa de los riesgos implicados. La importancia de esta función todavía se refuerza en épocas de crisis y de restricciones crediticias, cuando más se requiere financiación pero es más difícil de obtener.

Control de Gestión

Es habitual asociar el control de la empresa con el seguimiento de sus magnitudes contables y de índices económico- financieros, por la utilidad de ambos para sintetizar el resultado global de las operaciones. Este enfoque, sin embargo, es incapaz de valorar correctamente la situación competitiva de la empresa, que ha de medirse también, por otros indicadores de naturaleza operativa y más adecuados para anticipar sus expectativas. Además, por el desfase temporal entre las decisiones de gestión y su repercusión sobre la información económico-financiera, cuando la contabilidad advierte de problemas, sus causas han podido progresar, incluso, de manera difícilmente reversible.