El test de estrés aplicado a la empresa no financiera

Como en la empresa lo que se gestiona es el futuro, la incertidumbre está presente en toda decisión o plan empresarial y ello exige a sus gestores analizar los resultados previstos en escenarios alternativos. Para ello, se puede aplicar la técnica de los escenarios  (uno pesimista, otro el más probable y otro optimista) y utilizar los criterios de previsión financiera de manera que los escenarios extremos acoten el rango razonable de los resultados y permitan ponderar el riesgo asociado a las decisiones. También es útil la simulación para generar el perfil de posibles resultados, sus probabilidades o la posibilidad de rebasar un determinado nivel de pérdidas.

Pero dada la volatilidad del entorno, un análisis imprescindible es realizar una prueba para calibrar la capacidad de la empresa para sobrevivir a una crisis profunda que, aunque sea poco probable, sea factible. Se trata de evaluar el comportamiento financiero de la empresa en un escenario adverso y extremo, definido por una fuerte caída de las ventas, un incremento importante de los costes o los impagados o el agravamiento del mercado crediticio que afecte a la financiación. Esta prueba de resistencia, similar a los test de estrés de la banca, ha de realizarse desde una perspectiva global, integral y muy creativa, que responda a la eterna pregunta de ¿qué hacer?

El test de estrés ha de comprobar que los resultados de la prueba satisfacen las exigencias de supervivencia de la empresa. Ello exige determinar los niveles de tolerancia, esto es, los límites que no deben traspasarse para preservar la integridad de la empresa. Las tolerancias se relacionan, por orden de gravedad creciente, con los dividendos, el beneficio, la rentabilidad, el endeudamiento, los flujos de caja, la liquidez y la solvencia.

Supongamos el test aplicado a una empresa de suministros para proyectos energéticos que trabaja bajo pedido, con clientes grandes y solventes. Las ventas de la empresa dependen del mercado global y también del precio del petróleo, que afecta a la realización de dichos proyectos. El director financiero desea prever los resultados del próximo ejercicio en un escenario adverso que contemple la agudización de la crisis económica y una caída importante del precio del petróleo. Este escenario contempla una caída de las ventas del 45% y recoge las estimaciones de los parámetros necesarios para prever los estados financieros del próximo ejercicio.

El cuadro siguiente resume los datos para realizar el test y sus resultados. La primera columna recoge las cuentas de los estados financieros. La segunda, los inductores que justifican el comportamiento de cada cuenta y que, en su conjunto, sintetizan el modelo económico de la empresa. Cada cuenta se halla como producto de un parámetro  por un inductor o variable explicativa (en modelos más complejos cada cuenta puede explicarse por más de un inductor). Los gastos variables, por ejemplo, son un 59% (parámetro) de las ventas del año (inductor). La tercera columna incluye los estados financieros iniciales para estimar la inversión y financiación del año previsto. La cuarta fija los parámetros para estimar cada cuenta y la quinta, los estados financieros que resultan de la previsión.

Captura_cuadro

El cuadro muestra en sus dos últimas líneas la inversión en circulante y el ratio de endeudamiento calculado por el cociente entre la deuda financiera y el patrimonio neto. Como se comprueba en dicho cuadro, en caso de producirse el escenario de crisis:

  • Los costes variables disminuyen en proporción a las ventas.
  • Los gastos fijos caen un 20%.
  • Las pérdidas alcanzan los 21 millones de euros, después de aplicado el crédito fiscal, que representa un activo porque es un derecho a pagar menos impuestos en el futuro.
  • La inversión en circulante disminuye 74 millones como consecuencia de la caída de los inventarios y las cuentas a cobrar, compensada en parte por el menor exigible no financiero.
  • La menor inversión en circulante explica la mejora del endeudamiento (cae del 0,90 al 0,77).

Si bien la empresa entra en pérdidas en este escenario de crisis por la rigidez de sus costes fijos, la prueba de resistencia muestra que puede resistir al embate porque genera liquidez y reduce el endeudamiento. Sobrevivirá siempre y cuando el deterioro no se prolongue. La cartera inicial de pedidos, la solvencia de sus clientes y la liquidez de sus existencias, justifican el aprobado en el test de estrés y que la empresa se recuperase al mejorar la economía global y el precio del petróleo.

Esta prueba de resistencia es un instrumento de planificación, gestión del riesgo y control a disposición de la dirección en la medida en que la ayuda a:

  • Diseñar, comprender y compartir en equipo el modelo del negocio.
  • Identificar las variables del entorno que más afectan a la empresa.
  • Identificar las áreas internas de gestión que son más relevantes.
  • Anticipar problemas potenciales para aplicar medidas preventivas para evitarlos.

Las medidas para combatir la crisis han de equilibrar las operativas y las financieras y pueden ser de tipo reductor o amplificador:

  • Las reductoras atenúan el impacto de la crisis. Si el peso de los costes variables es elevado, por ejemplo, se ajustarán más rápidamente ante una caída de las ventas. Otros reductores son la diversificación geográfica y de actividades, la gestión del riesgo crediticio, la posible repercusión en el precio de venta del aumento de los costes o el acceso a nueva financiación.
  • Las amplificadoras, por el contrario, amplifican el efecto. Algunos ejemplos son la sensibilidad de las ventas al ciclo, la producción para stock, la dependencia bancaria, las exposiciones sin cubrir o un endeudamiento elevado.

El test de estrés ha de realizarse a cada actividad de la empresa por separado, pues cada una reacciona con diferente sensibilidad a la crisis y demanda medidas específicas para prevenirla. En una segunda fase, se consolidan los estados financieros individuales para obtener los agregados de la empresa. Dada la entidad de lo que está en juego, es recomendable incluir en la agenda de cualquier comité de dirección la realización de la prueba una vez al año, coordinada por los departamentos de control de gestión o finanzas, en el que participen todas las áreas operativas. Esa participación es imprescindible para culminar el test con éxito.