El diseño económico-financiero del proyecto empresarial

El diseño económico-financiero del proyecto empresarial

Todo proyecto de empresa exige formular las políticas que se propone aplicar para gestionar sus áreas operativas y son estas políticas, junto con la naturaleza de las actividades, las que configuran su dimensión económico-financiera, representada por la Cuenta de pérdidas y ganancias y el Balance. Ambos estados financieros se rigen por unas leyes que explican su comportamiento y su cambio.

Estas leyes, a las que denominamos dinámicas económico-financieras, no nacen del modelo contable que se aplique, sino que responden al funcionamiento real de cualquier empresa y se manifiestan como consecuencia de la naturaleza de sus actividades, de sus políticas de gestión, de sus decisiones y de las prácticas habituales de los mercados de productos y servicios y de capitales. Para entender y gestionar estas dinámicas es preciso identificarlas, analizarlas y describirlas mediante una terminología que haga posible su comprensión y transmisión. Pero como siempre, lo importante reside en comprender la realidad que las explica, concretada en diseño de las actividades; en no confundir los efectos con las causas; y en evitar que la rigidez del modelo contable se imponga sobre la realidad, en general sencilla, que pretende representar.

Para introducir las dinámicas se describen once de las principales, aplicadas a un proyecto mediante el que se muestra que son universales, con vigencia en situaciones genéricas, y que ayudan a comprender el comportamiento económico-financiero más sencillo, pero habitual, de cualquier empresa. Las dinámicas se presentan en secuencia, para explorar sus efectos individualizados, pero en cada etapa se añaden nuevas decisiones respecto al diseño de las operaciones y se analiza cómo estas decisiones transforman los estados contables. Pero en la realidad, las once dinámicas introducidas actúan de una manera continua e integral en el día a día de toda empresa y se ejercen influencias recíprocas.

En resumen, los estados contables de la empresa, por su naturaleza de modelos, sólo son capaces de ofrecer una representación unidimensional de la misma. Precisamente esta dimensión financiera de la empresa se rige y se explica por la realidad de sus operaciones.